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Channel: Diario de un snob – Columnas
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Diario de un snob

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Y YA SOLEMOS IR MUY POCO A BODAS, pues como lo mencionamos la pasada semana, la mayoría se han venido convirtiendo en una especie de set de cartón y de utilería barata del famoso “Canal de las Estrellas” gracias a los oficios de los cursimente llamados wedding planners, quienes tercos y a base de convencer a la novia o a la mamá de la misma logran desatar sus más inverosímiles ideas y que dan como resultado —aparte de los honorarios carísimos— que una boda aún de gentes conocidas de toda la vida parezcan un salón de un hotel de Las Vegas y no la elegante sobriedad a la que los TAPATÍOS de siempre han venido por generaciones echando mano… en fin, todo viene a cuento porque mayo hasta hace poco —no lo sé ahora— era el mes más solicitado para las grandes bodas de la “buena sociedad”, lo que daba pie a que éstas se llevaran a cabo en las Haciendas de las propias familias o en sus bellas casas de campo de Chapala, y en donde los protagonistas eran precisamente los novios y sus invitados, no la decoración, y menos en Chapala donde el gran lujo lo es precisamente el lago y su vista… entonces las auténticas elegantes se vestían como se siguen vistiendo las señoronas en una boda en Sevilla, París o Madrid… al medio día traje sastre impecablemente cortado con sombrero de ala ancha o bien un tocado de plumas tan en boga nuevamente, un par de zapatillas bicolor de la firma CHANEL, auténticas claro, y con el talón descubierto… y las perlas de “rigueur”… ya sean en versión de tres vueltas, en una versión más larga o en versión “chokker”… y no se ocupa más.

Vestirse de noche como últimamente han venido haciendo muchas tapatías para bodas al mediodía nos parece un desatino total y una CONFUSIÓN que no acabamos de entender de dónde o quién se los pudo haber sugerido. Al igual los señores, así pueda marcar el termómetro 40 grados, JAMÁS pero JAMÁS se deben de quitar saco… así hayan bailado “la quebradita” o alguna de las mamarrachadas que suelen tocar las más cursis aún llamadas “bandas versátiles”… el saco a juego del traje obviamente ni en sueños se debe despojar del que lo porta y menos al momento de sentarse a la mesa para que los camareros sirvan el menú… ni esto, ni apartar lugares para los amigos, es una vulgaridad tapatía que tampoco sabemos quién la impuso y aún peor al momento que los cursi-músicos intentan (y lo logran) disfrazar a los 500 o 700 elegantes invitados o medio elegantes pues… de mamarrachos con pelucas, collares, y frusilerías que acaban con la sobria y elegante decoración, cuando la hay… o que al revés se integra toda esta clase de chacharas en la joti-decoración de los mentados wedding planners.

De esto y más abundaremos en breve; entretanto, preferimos no ir a bodas salvo contadas excepciones y preferentemente en las noches.


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