• ¿Quién no recuerda aquella memorable “Posada” ofrecida por las Somellera?
• ¿La fecha? Diciembre 18 de 1983, pasaron ya 33 años y parece que fue ¡ayer!
• Toda la “Juventud Dorada” de la época presente allí ataviados de pastores
• Una vez más el Centro de Guadalajara luciendo la espectacular decoración del Ing. Pérez Martínez
• Hace ya 80 años que “La Playita” viene sirviendo ¡platillos tapatíos!
Reitero, no es que todo tiempo pasado haya sido mejor, pues actualmente una familia por más que sufra extrema pobreza goza de algunos lujos que todavía en los años setenta muchos ricachos ni en sueños podrían haber imaginado; verbigracia, teléfonos celulares y parlantes, enormes televisiones con una imagen más nítida que la real, artilugios que en el fondo sólo sirven para distraer y no para mejorar en ninguna de sus formas el nivel de vida sociocultural… hoy en día que el verdadero lujo lo es la privacidad, lo sencillo y todo aquello que no sea demasiado OSTENTOSO, pues es momento de hacer un recuento de lo perdido y lo ganado con la llegada masiva de la tecnología y la cibernética en el ya semilejano año 2000… pero en fin, cada quien es libre de gastar su dinero y su tiempo en lo que le parezca mejor.
Hace meses o acaso un año, nuestro colega DIEGO PETERSEN escribió un maravilloso y a la vez demoledor artículo que intitulaba así: “Lo viejo que seremos”, en donde da cuenta de que en un futuro, bastante próximo por cierto, ciertas generaciones saltaremos de ser “bright young people” a ciudadanos de la “tercera edad” por ponerlo de modo ¡amable! Y eso, claro está, si logra uno llegar a “ruco”. ¿El tiempo pasa más de prisa? ¿Las metas fijadas años ha se concretaron? ¿Los sueños se realizaron? Al menos para una generación, como la que DIEGO refiere en su nota, nos ha resultado—creo— bastante dificil asimilar tanto y tan de prisa… crecimos con una moral y tradicion familiar que aún la dictaba el siglo XIX, muchos abuelos habían nacido en ese siglo o a principios del XX… Nos tocó lo mismo jugar con el “Balero” y la resortera que con las autopistas Scalextrix o Ledy/Lily… para saltar a pasar tardes enteras viendo television en B/N y después en color …la llegada del hombre a la Luna… de casas atendidas por criadas y nanas para pasar a no tener servicio (o muchachas, como se les llama ahora) a ningún costo… las tablas de multiplicar y poco después la llegada de las calculadoras… de tener que esperar hasta tres años a que instalaran una línea telefónica en nuevos fraccionamientos para de pronto aparecer los teléfonos celulares… de una ciudad perfecta y a la medida de la gente civilizada, a una metrópoli semi descompuesta e ¡irreconocible! De una sociedad tradicional, y en cierto modo cerrada, pero que daba más valor a la educación y no al dinero, a una sociedad sectarista y desconfiada hasta de sus “pares”… así pues, como “conejillos de indias” u objeto de experimentos… ¿Cómo se pueden cumplir las espectativas y no salir lastimado? ¿Cómo no creer en cuentos y fábulas maravillosas si crecimos al amparo del Teatro Fantástico de CACHIRULO o del CLUB DE MICKEY MOUSE?
Cuando la cruda realidad fue, ha sido o puede ser bien distinta a las canciones de CRI CRI ¡o los cuentos de las nanas! Nadie nos dijo (para bien o para mal) que todo tiene —como en los “volados” del Colegio— “águila o sello”… En fin, todo esto nos vino a la mente al encontrar unas fotos del álbum del tiempo perdido… una maravillosa POSADA NAVIDEÑA en diciembre de 1983 ofrecida por las “IT girls” de la época, MAITE e INÉS SOMELLERA BLANCO, en su casa de Colonia Providencia con toda la “dorada juventud” de entonces… 300 o 400 invitados ataviados de pastores y con la alegría y la inocencia aún por delante… Posadas como ésta, tradicional en todos sentidos, no creo que se den ya. ¿Qué fue de todos los amigos de la época y de sus sueños? A muchos los seguimos viendo aún y a otros les perdimos la pista o la perdieron ellos mismos… lo que sí me queda claro es que cada quien hizo las cosas lo mejor que pudo… y con la mejor de las intenciones… sin el interés desmedido y la malicia que hoy en dia son vistos más como virtudes que como defectos… de esa memorable noche de hace ya 33 años guardamos ¡los más gratos recuerdos! Y en una ciudad que no tiene memoria para ciertas cosas, anoto al margen que este año que casi concluye un pequeño cajón o puesto en uno de los antiguos Portales del Centro tapatío, llamado LA PLAYITA, donde expendían unos “lonches” de fábula y con un sazón único… ha llegado ya los 80 años de servir sus delicias tapatías.
Curioso resulta que una lonchería sea hoy por hoy uno de los restaurantes más antiguos de esta ciudad… con varios puntos de venta, ya no en los Portales, sino en locales mejor adaptados en el mismo Centro… y ya que estamos haciendo recuento de algunas cosas notables para Guadalajara, de nuevo este diciembre el Centro ha lucido espectacular debido a la iluminación navideña que desde hace más de 55 años ha venido corriendo a cargo del Ing. GUILLERMO PÉREZ MARTÍNEZ y a su equipo… su exquisito gusto una vez más queda reflejado en el crucero de las avenidas Juárez y 16 de Septiembre, con el más suntuoso y lucidor arreglo, con unos arcángeles y ¡trompetas!
Motivo de gozo para los que fuimos niños, décadas atrás era el tradicional paseo al Centro a ver la iluminacion… y a presenciar los escaparates de la tienda americana SEARS, que en el mismo crucero de avenidas montaba los más maravillosos aparadores con muñecos y trenes en movimiento… Alli era la hora de decidir qué pedirle de regalo AL NIÑO DIOS la noche del 24, aunque el mentado NIÑO los adquiría en LA COLONIAL DE MEXICALTZINGO otro establecimiento que sólo trae gratos recuerdos y en donde uno se podía perder por horas en varios pisos atestados de ¡juguetes! Y en ediciones pasadas, menciono la presencia de XAVIER PALOMAR LEVER Y ALICE CHEVALLIER de PALOMAR a la función familiar de los SZECHENY, una de las familias más antiguas y de más prosapia de HUNGRÍA, ligados muy de cerca a la familia real y a su vez ligados con aristocráticos apellidos españoles, como los CARO Y ÁLVAREZ DE TOLEDO… por error involuntario omití entre los descendientes mexicanos que también asistieron a Soprun, Hungría, a la adorable ANA CALERO SALDÍVAR, prima de tantos tapatíos como los ya mencionados PALOMAR Y LEVER o los ROBLES PALOMAR, por no citar a la extensísima familia de los FERNÁNDEZ DEL VALLE, de quien les viene por matrimonio el link con esta nobilísima familia de Hungría… y a todos nuestros lectores no nos resta más que desearles la mejor de las NAVIDADES y un buen año ¡2016!